Citas de Friedrich Nietzsche
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Quien ríe al último, ríe mejor.

La necesidad no es un hecho establecido, sino una interpretación.

Uno debe mantenerse en el corazón, porque si uno deja que se vaya, uno pronto pierde control de la cabeza también.

Después de entrar en contacto con un hombre religioso siempre siento que debo lavarme las manos.

En el sentido de la verdad que él ha percibido, el hombre ve ahora en el mundo sólo el horror o el absurdo de la existencia y lo embarga el odio.

No existen los fenómenos morales, tan sólo existe la interpretación moral de los fenómenos.

Debemos considerar perdido cada día que no hayamos bailado al menos una vez. Y debemos llamar falsa cada verdad que no haya sido acompañada por al menos una risa.

Tal vez se muy bien por qué es solo el hombre quien se ríe; sólo él sufre tan profundamente que tuvo que inventar la risa.

La inactividad es el padre de la psicología.

Quien se siente predestinado a ver y a no creer encontrará a todos los creyentes demasiado ruidosos y agresivos: él se protege contra ellos.

Un tema para un gran poeta sería el aburrimiento de Dios después del séptimo día de la creación.

A veces uno sigue siendo fiel a una causa sólo porque sus opositores no dejan de ser insípidos.

Todas las ciencias tienen la obligación de preparar el terreno para la futura tarea del filósofo, quien debe resolver el problema del valor, para determinar la verdadera jerarquía de valores.

¿Qué? ¿Buscas algo? ¿Deseas multiplicarte por diez, por cien? ¿Buscas seguidores? ¡Busca ceros!.

Las personas que nos han dado su confianza total creen que tienen derecho a la nuestra. La inferencia es falsa, un regalo no confiere ningún derecho.

Lo que realmente provoca la indignación contra el sufrimiento no es el sufrimiento en sí mismo, sino la falta de sentido del sufrimiento.

Cuando no se ha tenido un buen padre, uno debe crearse uno.

Hay más sabiduría en tu cuerpo que en tu filosofía más profunda.

Quienes no saben dejar en suspenso las ideas suyas no deben meterse en el ardor del debate.

Un paseo casual por el manicomio muestra que la fe no prueba nada.