Citas de Friedrich Nietzsche
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El día de hoy me amo como amo a mi Dios: ¿quién podría cobrarme un pecado en este día? Solo conozco pecados contra mi Dios; pero, ¿quién conoce a mi Dios?
No por necesidad, no por deseo — no, el amor al poder es el demonio de los hombres. Deja que ellos tengan todo — salud, alimento, un lugar para vivir, entretenimiento — ellos son y siguen siendo infelices y con bajo espíritu: ya que el demonio espera y espera y quedará satisfecho.
Mido la fuerza de voluntad mediante la cantidad de resistencia, dolor, tortura que aguanta y sabe como puede volverlas a su favor.
Hay gente horrible que, en vez de solucionar un problema, lo enredan y lo hacen más difícil de resolver para cualquier persona que quiera lidiar con el. Quien no sabe cómo golpear el clavo en la cabeza se le debe pedir que no lo golpee en lo absoluto.
Hay una inocencia en la admiración; se encuentra en aquellos a quienes nunca se les ha ocurrido que ellos, también, podrían ser admirados algún día.
¿Cuales son entonces, en última instancia, las verdades de la humanidad? Ellas son los errores irrefutables de la humanidad.
El gran endeudamiento no hace que los hombres se sientan agradecidos, sino vengativos; y si un poco de caridad no es olvidada, se convierte en un gusano que roe.
La guerra siempre ha sido la gran sagacidad de todo espíritu que haya crecido demasiado hacia adentro y muy profundo; su poder curativo se encuentra incluso en las heridas que uno recibe.
Hay gente que quiere hacer más difícil la vida de los hombres por ninguna otra razón que la posibilidad que les proporciona luego de ofrecer su receta para aliviar la vida; su cristianismo, por ejemplo.