Citas de Edward G. Bulwer-Lytton
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No puedo amar como he amado, y aún no sé por qué; Es la gran aflicción de la vida sentir morir todos los sentimientos.

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En la ciencia, lee, de preferencia los trabajos más recientes; en la literatura, los mas antiguos. La literatura clásica siempre es moderna.

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La verdad no crea en el océano de la naturaleza ninguna pista de luz única; cada ojo que la observa encuentra su propia.

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Sueña de un modo noble y valiente, y tus sueños serán profetas.

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El genio hace lo que debe, y el talento hace lo que puede.

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Dos vidas, una vez que se separan, son como naves que dividen.

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La persona prudente puede dirigir un Estado, pero es el entusiasta que lo regenera o lo aruina.

1

Cuando una persona está en aprietos, una onza de ayuda es mejor que una libra de sermones.

2

El verdadero espíritu de conversación consiste en construir la observación de otro hombre, no anularla.

1

Todo hombre que observa atentamente y resuelve firmemente, crece inconscientemente en genio.

2

Niégate a estar enfermo. Nunca le digas a las personas que estás enfermo; nunca te lo debas a ti mismo. La enfermedad es una de esas cosas que un hombre debería resistir en principio desde el inicio.

2

Cuántos de nosotros hemos sido atraídos a la razón; primero aprendimos a pensar, a sacar conclusiones, a extraer una moraleja de las locuras de la vida, por algún aforismo deslumbrante.

2

Lo que la humanidad quiere no es talento; es propósito.

2

Le contamos a las multitudes nuestros triunfos, pero nuestros corazones son a los únicos a los que confiamos nuestras penas.

1

Una de las cosas más sublimes en el mundo es la verdad pura.

1

Ningún autor jamás dibujó un personaje consistente con la naturaleza humana, pero sí se vio obligado a atribuirle muchas inconsistencias.

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Una reforma es una corrección de abusos; una revolución es una transferencia de poder.

2

No hay nada cierto en la vida de un hombre excepto que debe perderla.

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O está muy seguro de que nadie va a aprender nada en absoluto, a menos de que él primero aprenda humildad.

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Sea una joya o un juguete, no es el premio el que da la alegría, sino la lucha por ganar el premio.

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