Citas de Douglas MacArthur

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Un general es tan bueno o tan malo como lo hagan las tropas bajo su mando.

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No hay ninguna seguridad en esta tierra; solo hay oportunidad.

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Nosotros no estamos retrocediendo, estamos avanzando en otra dirección.

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Es fatal entrar en una guerra sin la voluntad de ganarla.

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La edad causa arrugas en el cuerpo. El abandonar cosas sin terminar, causa arrugas en el alma.

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He conocido la guerra como pocos hombres que estén vivos la han conocido. Es muy destructiva tanto para amigos como para enemigos, y se ha convertido en algo inútil como medio para resolver disputas internacionales.

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Acabo de regresar de visitar a los Infantes de Marina en el campo de batalla, y no existe en el mundo una organización de lucha más noble!

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Solo los que son dignos de vivir no tienen miedo a morir.

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He mirado a ese viejo sinvergüenza directo a los ojos muchas veces, pero esta vez creo que él me tiene contra las cuerdas.

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No existe un sustituto para la victoria.

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Nuestro país se orienta ahora hacia a una economía de armas nacida entre una psicosis inducida artificialmente de histeria de guerra y una incesante propaganda de miedo.

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Deber, Honor, País. Esas tres palabras santas dictaminan reverentemente lo que deberías ser, lo que puedes ser, lo que serás.

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La mejor suerte de todas es la que haces por tí mismo.

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Los soldados viejos nunca mueren; simplemente se difuminan.

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El mundo está en una constante conspiración contra los valientes. Es la lucha antiquísima: el rugido de la multitud de un lado y la voz de la conciencia por el otro.

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Estoy preocupado por la seguridad de nuestra gran Nación; no tanto por cualquier amenaza exterior, sino por las fuerzas traicioneras que trabajan desde adentro.

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En mis sueños oigo otra vez el choque de armas, el ruido de fusilamiento, el murmullo extraño y triste del campo de batalla.

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Constrúyeme a un hijo, oh Señor, que será lo suficientemente fuerte para saber cuándo es débil y bastante valiente para enfrentarse a sí mismo cuando tiene miedo, uno que se sentirá orgulloso y desplegante en el derroto honesto, y humilde y apacible en la victoria.

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Mi primer recuerdo es el de la llamada del clarín.

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Uno no puede hacer la guerra en las condiciones actuales sin el apoyo de la opinión pública, que es tremendamente moldeada por la prensa y otras formas de propaganda.

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