Citas de Christopher Morley
(página 2)

Sólo hay una regla para ser un buen orador — aprender a escuchar.

Las desgracias más difíciles de soportar son las que nunca llegaron.

Nueva York, la glándula tiroidal de la nación.

Hay sólo un éxito — poder vivir tu vida a tu manera.

Actúa como si esperaras llegar hasta la zona final.

El pecador es el único que tiene el derecho a predicar.

Llamamos a la mente de un niño 'pequeña' simplemente por costumbre; tal vez es más grande que la nuestra, ya que puede internalizar casi cualquier casa sin esfuerzo.

Tal vez el humor sea un sentido de perspectiva intelectual: la conciencia de que algunas cosas son realmente importantes, otras no; y que las dos clases se encuentran extrañamente mezcladas en los asuntos cotidianos.

Dios creó al hombre meramente para escuchar alguna alabanza de lo que había hecho en esos cinco días.

En el corazón de cada hombre hay un nervio secreto que responde a las vibraciones de la belleza.

La vida es una lengua extranjera; todos los hombres la pronuncian mal.

Todas las ciudades son locas: pero la locura es valiente. Todas las ciudades son hermosas: pero la belleza es desalentadora.

Si descubriéramos que sólo tenemos cinco minutos para decir todo lo que queremos decir, cada cabina telefónica estaría ocupada por personas que llamarían a otras personas para balbucear que las aman.