Citas de Christopher Lasch
La lógica del consumismo socava los valores de la lealtad y la permanencia y promueve valores que destruyen la vida familiar.
El mejoramiento constante del producto y la actualización de los gustos del consumidor son el corazón de la comercialización masiva.
Una conciencia creciente de la profundidad del apego popular a la familia ha llevado a algunos liberales a conceder que la familia no es solo un rumor para la reacción.
Como la política se basa en una medida irreducible de la coacción, nunca puede convertirse en un reino perfecto de perfecto amor y justicia.
El ecologismo se opone a la innovación temeraria y hace que la conservación sea el orden central de los negocios.
La retórica progresista tiene el efecto de ocultar la crisis social y la degradación moral, presentándolas como los dolores de parto de un nuevo orden.
Las ideologías, aunque atractivas, no pueden dar forma a la estructura completa de las conductas y percepciones, a menos que estén presentes en las experiencias diarias que la confirman.
La economía neoclásica insiste en que la publicidad no puede obligar a los consumidores a comprar algo que no quieran comprar.
Házlo nuevo es el mensaje no sólo del arte moderno sino del consumismo moderno, del cual el arte moderno es en gran parte una imagen en un espejo.
Ya no es una ley no escrita del capitalismo estadounidense que la industria intentará mantener los salarios a un nivel que permita que un solo salario mantenga a una familia.
Los conservadores sienten un vínculo entre la televisión y las drogas, pero no comprenden la naturaleza de esta conexión.
El conocimiento es lo que obtenemos cuando un observador, preferiblemente un observador capacitado científicamente, nos proporciona una copia de la realidad que todos podemos reconocer.
Aparentemente riguroso y realista, el conservadurismo contemporáneo es una ideología de negación. Su símbolo es un botón de sonrisa.
Los conservadores no tienen ninguna comprensión del capitalismo moderno. Tienen una comprensión distorsionada de los valores tradicionales que dicen defender.
La mayoría de las mujeres son pragmáticas que han permitido a los extremistas de izquierda y derecha que manipulen la cuestión familiar para sus propios fines personales.
La izquierda ha perdido el contacto con la opinión popular, haciendo así posible para la derecha presentarse a sí misma como el partido del sentido común.
La información, generalmente vista como la condición previa del debate, en realidad se entiende mejor como un subproducto de este.