Citas de Barbara De Angelis
Solo cuando tu conciencia está totalmente enfocada en el momento en el que estás puedes recibir cualquier regalo, lección o placer que ese momento tiene para ofrecerte.
Para poder experimentar la espiritualidad cotidiana, tenemos que recordar que somos seres espirituales pasando el tiempo en un cuerpo humano.
El cerebro del hombre tiene más dificultad para cambiar de pensamiento a sentimiento que el cerebro de la mujer.
Nadie está en control de tu felicidad excepto tu; siendo así, tu tienes el poder de cambiar cualquier cosa sobre tu vida o sobre ti que desees cambiar.
Si no eres bueno amándote a ti mismo, pasarás un tiempo difícil amando a alguien, ya que estarás resentido con el tiempo y la energía que le das a otra persona que ni siquiera te das a ti mismo.
No importa qué edad tengas, o cuáles puedan ser tus circunstancias, eres especial, y todavía tienes algo único que ofrecer. Tu vida, por quién eres, tiene significado.
Lo que nos permite, como seres humanos, sobrevivir psicológicamente a la vida en la tierra, con todo su dolor, drama y desafíos, con un sentido de propósito y significado.
Si queremos redescubrirnos y vivir nuestra vida con autenticidad tenemos que encontrar el coraje para decir no a las cosas y personas que no nos sirven.
El amor es una fuerza más majestuosa que cualquier otra. Es invisible — no puede ser visto o medido, sin embargo, es suficientemente poderoso como para transformarte en un instante, y ofrecerte más alegría que cualquier posesión material.
El momento entre lo que una vez fuiste, y en lo que ahora te estás convirtiendo, es donde el baile de la vida realmente ocurre.
Los momentos difíciles siempre crean oportunidades para que uno pueda experimentar más amor en su vida.
Entre más conecciones hagas entre tú y tu amante, no sólo entre sus cuerpos, sino entre sus mentes, sus corazones y sus almas, más fortalecerán al hilo de su relación y experimentarán juntos más momentos reales.
El amor y la amabilidad nunca se desperdician. Siempre marcan una diferencia. Bendigan a quien las recibe, y bendigan a quien las da.
El verdadero acto de matrimonio se lleva a cabo en el corazón, no en el salón o iglesia o sinagoga. Es una opción que tomas — no sólo en el día de la boda, pero una y otra vez — y esa elección se refleja en la manera en que tratas a tu esposo o esposa.
El matrimonio no es sustantivo; es un verbo. No es algo que se consigue. Es algo que se hace. Es la manera en que uno ama a su pareja cada día.
Las mujeres necesitan momentos de auténtica soledad y autorreflexión para compensar todo lo que demos de nosotros mismos.
No desarrollamos coraje por ser feliz cada día. Se desarrolla por sobrevivir los tiempos difíciles y la adversidad desafiante.