Citas de B. R. Ambedkar
La democracia política no puede perdurar a menos que se encuentre en su base la democracia social. ¿Qué significa la democracia social? Significa una forma de vida que reconoce la libertad, la igualdad y la fraternidad como principios de vida.
Los hombres son mortales. También son así las ideas. Una idea necesita la propagación tanto como una planta necesita el riego. Si no ambos se marchitan y se mueren.
Todo hombre que repite el dogma del molino de que un país no es apto para gobernar otro país debe admitir que una clase no es apta para gobernar otra clase.
Un pueblo y su religión deben ser juzgados por normas sociales basadas en la ética social. Ningún otro estándar tendría sentido si la religión se considera un bien necesario para el bienestar de las personas.
En el hinduismo, la conciencia, la razón y el pensamiento independiente no tienen alcance para el desarrollo.
Uno puede entender bastante el vegetarianismo. Uno puede entender bastante el comer carne. Pero es difícil comprender por qué una persona que come carne debe objetar a una clase de carne, a saber, la carne de vaca. Esto es una anomalía que requiere explicación.
No importa qué tan buena sea una Constitución, si los que la implementan no son buenos, resultará siendo mala. No importa qué tan mala sea una Constitución, si los que la implementan son buenos, resultará siendo buena.
Los indios hoy en día se rigen por dos ideologías diferentes. Su ideal político en el preámbulo de la Constitución afirma una vida de libertad, igualdad y fraternidad. Su ideal social encarnado en su religión se los niega.
A diferencia de una gota de agua que pierde su identidad cuando se une con el océano, el hombre no pierde su ser en la sociedad en la que vive. La vida del hombre es independiente. Nació no para el desarrollo de la sociedad sola, pero para el desarrollo de su personalidad.
La historia demuestra que cuando la ética y la economía entran en conflicto, la victoria siempre la lleva la economía. Nunca se ha sabido que los intereses investidos se hayan liberado voluntariamente, a menos que hubiera fuerza suficiente para obligarlos a hacerlo.