Citas de Aldous Huxley
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El impulso de ejercer crueldad es, en muchas personas, casi tan violento como el impulso de amor sexual: casi tan violento y mucho más travieso.
Tal vez sea bueno que uno sufra. ¿Puede un artista hacer algo si está feliz? ¿Acaso alguna vez querría hacer cualquier cosa? ¿Qué es el arte, después de todo, sino una protesta contra la intemperie horrible de la vida?
Uno de los grandes atractivos del patriotismo, es que satisface nuestros peores deseos. En la persona de nuestra nación somos capaces de, indirectamente, intimidar y engañar. Intimidar y engañar, lo que es más, con una sensación de que somos profundamente virtuosos.
Los escritores escriben para influenciar a sus lectores, sus predicadores, sus auditores, pero siempre, en el fondo, para ser más ellos mismos.
La gran mayoría de los seres humanos no les gusta e incluso le temen a todas las nociones con las que no están familiarizados... Por lo tanto, en su primera aparición los innovadores han sido perseguidos y siempre ridiculizados como tontos y locos.
Grande es la verdad, pero aún más, desde un punto de vista práctico, lo es el silencio en torno a la verdad. Al simplemente no mencionar ciertos temas... los propagandistas totalitarios han influido en la opinión con mucha más eficacia que la que hubieran podido ejercer con las denuncias más elocuentes.
Las mejores obras de arte son preciosas, entre otras razones, porque nos hacen posible saber, aunque sólo de modo imperfecto y por un momento, cómo se siente como pensar con sutiliza y sentir con nobleza.
La creencia en el infierno y el entendimiento de que cada ambición está condenada a la frustración en manos de un esqueleto, nunca han impedido que la mayoría de los seres humanos se comporten como si la muerte no fuera más que un rumor sin fundamento.
Como cada cosa buena en este mundo, el ocio y la cultura tienen que pagarse. Afortunadamente, sin embargo, no es el ocioso y el culto quienes tienen que pagar.
Hay un solo sacrificio con eficacia redentora, el sacrificio de la propia voluntad para hacer espacio para el conocimiento de Dios.
El encanto de la historia y su enigmática lección consisten en el hecho de que, a través de las distintas épocas, nada cambia y, sin embargo, todo es completamente diferente.
No hay ninguna fórmula o método. Aprendes a amar amando, prestando atención y haciendo lo que uno descubre de ese modo que se tiene que hacer.
Un hombre aniñado no es un hombre cuyo desarrollo ha sido detenido; por el contrario, él es un hombre que se ha dado a sí mismo la oportunidad de continuar desarrollándose mucho después de lo que la mayoría de adultos se ha amortiguado en un capullo del hábito y costumbre de la mediana edad.
