Riqueza citas y frases
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La gratificación de la riqueza no se encuentra en la mera posesión o en gastos fastuosos, sino en su sabia aplicación.
El que pierde riquezas pierde mucho; el que pierde a un amigo pierde más; pero el que pierde su valentía lo pierde todo.
El amor de la familia y la admiración de los amigos son mucho más importantes que la riqueza y el privilegio.
Me enorgullezco en la creación de mi riqueza, en su existencia y en los usos a que ha sido y está siendo sometido.
Mi riqueza no es un tema que disfruto debatiendo.
La gran mayoría de mi riqueza consiste en inversiones en empresas que producen bienes y servicios.
Digo que la ley debería ser ciega a la raza, el género y la orientación sexual, así como afirma ser ciega a la riqueza y al poder. No deberían haber grupos especialmente protegidos de cualquier tipo, exceptuando a los niños, los gravemente discapacitados y los ancianos, cuya fragilidad física exige la atención de la sociedad.
El pobre desea ocultar su pobreza, y el rico su riqueza: el primero teme ser despreciado, el último teme ser saqueado.
Resulta que avanzar la igualdad de oportunidades y el empoderamiento económico es tanto moralmente correcto como buena economía, porque la discriminación, la pobreza y la ignorancia restringen el crecimiento, mientras que las inversiones en educación, infraestructura e investigación científica y tecnológica aumentan, creando más puestos buenos de trabajo y nueva riqueza para todos nosotros.
El estado verdadero de un hombre de poder y riqueza es estar en sí mismo.
La riqueza no es el objetivo de la vida, sino un instrumento.
Aunque soy un ateo que cree sólo en la gran naturaleza, reconozco la riqueza espiritual y la grandeza de la iglesia católica en la que me crié.
El yogur corta la dulzura y riqueza, modera lo picante y hace cantar a un plato.
Las mujeres necesitan espacio y silencio. Regalamos nuestra energía muy rápidamente. Hay algo acerca de aferrarse a esa riqueza.
La sabiduría pesa más que cualquier riqueza.
Nadie es verdaderamente libre, son esclavos de la riqueza, la fortuna, la ley o de otras personas restringiéndoles de actuar de acuerdo a su voluntad.
Las riquezas cubren una multitud de males.
La riqueza y la compasión son opuestos.
Ni la riqueza ni la grandeza nos hacen felices.
Pues no hay defensa alguna para un hombre que, en los excesos de su riqueza, se haya deshecho del gran altar de la justicia.