Mediocridad citas y frases
Sólo se puede confiar en la mediocridad para que esté siempre en su mejor momento.
Mi problema con los sindicatos es que engendran la mediocridad.
Deja que Estados Unidos alabe la mediocridad incluso, en sus hijos, antes que elogie... la mejor excelencia en los niños de cualquier otra tierra.
La excelencia es mejor maestro que la mediocridad. Las lecciones del ordinario están por todas partes. Realmente. las ideas profundas y originales se encuentran solamente en el estudio de lo ejemplar.
No hay nada en el mundo que yo aborrezca más que la actividad grupal, ese baño comunal donde se mezclan los peludos y los resbaladizos en una multiplicación de la mediocridad.
La mediocridad puede hablar, pero es de genios observar.
Los hombres de edad objetan demasiado, consultan demasiado largo, se aventuran muy poco, se arrepientan demasiado pronto, y raramente prosperan sus negocios, pero se contentan con una mediocridad de éxito.
Todo sobre la mediocridad me mata.
La competencia es siempre algo bueno. Nos obliga a hacer nuestro mejor esfuerzo. Un monopolio hace que las personas se vuelvan complacientes y satisfechas con la mediocridad.
La mediocridad siempre ganaría por la fuerza de los números, pero ganaría sólo más mediocridad.
La mediocridad está subvalorada.
Nada queda tan aceptado como la mediocridad, ha sido establecida por la mayoría y ésta fija sus garras sobre lo que llega más allá de ella de cualquier manera.
En cuanto a mí, es una maldita vergüenza que un campo tan potencialmente dinámico y vital como el periodismo sea invadido por lerdos, zánganos y gacelliteros, atormentados por la miopía, la apatía y la complacencia y generalmente atascados en un pantano de mediocridad estancada.
En la república de la mediocridad, el genio es peligroso.
Ridículo es el homenaje al genio rendido por las mediocridades.
Vivimos en una era de mediocridad.
Cuando hombres pequeños intentan grandes empresas, siempre terminan por reducirlas a el nivel de su mediocridad.
En Estados Unidos, yo diría que Nueva York y Nueva Orleans son las dos ciudades más interesantes respecto a la comida. En Nueva Orleans, no tienen un deli malo. No hay mediocridad aceptada.
La radio es un bolsón de la mediocridad, donde hombres pequeños de mentes carbonizadas se revuelcan en la esclusa de su propia creación.
El único pecado es la mediocridad.