Fallecimiento citas y frases
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Pobre Georgia O'Keeffe. Su muerte no suavizó las opiniones del mundo del arte respecto a sus pinturas.
Mi temor no era de la muerte misma, sino de una muerte sin sentido.
La vejez, la calma, ampliada, amplia con la altiva amplitud del universo, la vejez circulando libre con la deliciosa cercanía a la libertad de la muerte.
La muerte no es solo el final, es el comienzo.
No deben temerle a la muerte, compañeros; desafíenla, y la conducirán a las filas del enemigo.
El atractivo del cine reside en el temor a la muerte.
La muerte es la gran esperanza de toda la vida; el deseo de gastarse, de ser utilizado y consumido por el propio anhelo de uno mismo.
La guerra no es el único campo en donde se practica la paz hasta morir.
El fútbol (soccer) es cuestión de vida o muerte, solo que más importante.
El nacimiento y la muerte; todos se mueven entre estas dos incógnitas.
Estoy cansado de la gente famosa que se pone de pie y utiliza a su fama para promover una causa. Si veo una necesidad especial, trato de ayudar. Hay mucho que puede lograrse poniendo una mejilla en el lugar correcto y no decir una palabra al respecto.
Todo interés en la enfermedad y la muerte es sólo otra expresión de interés en la vida.
A veces parece que el único propósito de las mascotas es traer la muerte a la casa.
Decimos que el amor es vida, pero el amor sin esperanza ni fe es una muerte agonizante.
Me digo que Dios le dio a mis hijos muchos dones: el espíritu, la belleza, la inteligencia, la capacidad para hacer amigos e inspirar respeto. Un solo don no les fue otorgado: la longitud de la vida.
Si no tienes ninguna lucha dentro de ti, da lo mismo que estés muerto.
Tu ego puede convertirse en un obstáculo para tu trabajo. Si empiezas a creer en tu grandeza, será la muerte de tu creatividad.
Otros estados están intentando de abolir la pena de muerte. El mío le está construyendo un carril expreso.
El día que tememos ser el último para nosotros, no es más que el cumpleaños de la eternidad.
La muerte es tan importante que Dios visitó la muerte de su propio hijo, ayudándonos así a distinguir el bien del mal lo suficientemente bien como para que podamos escapar de la muerte para siempre y vivir eternamente bajo la gracia de Dios.