Citas de William Arthur Ward

Sabios son los que aprenden que la conclusión no siempre tiene que ser su máxima prioridad.

La felicidad es un trabajo interno.

¡Dedícate de lleno al servicio generoso y cada día puede ser un día muy inusual, un día triunfal, un día muy gratificante!

Sabios son ellos que han aprendido estas verdades: el problema es temporal. El tiempo es tónico. La tribulación es un tubo de ensayo.

La humanidad hace o crea o tolera todas sus aflicciones.

Podemos aprender mucho de sabias palabras, poco de ocurrencias y menos de hombres sabios.

El perdón es una cosa divertida: calienta el corazón y refresca la picadura.

Dios le ha regalado el día de hoy con 86.400 segundos. ¿Ha empleado alguno para decir: 'gracias'?

Un sentido de humor bien desarrollado es el polo que añade equilibrio a tus pasos al caminar por la cuerda floja de la vida.

Adúlame, y puede que no te crea. Critícame, y puede que no me gustes. Ignórame, y puede que no te perdone. Anímame, y no te olvidaré. Ámame y me puedo ver obligado a amarte.

Hoy es un día muy inusual, porque nunca lo hemos vivido antes; nunca lo volveremos a vivir; es el único día que tenemos.

Entre más generosos seamos, más felices seremos. Entre más cooperativos seamos, más valiosas nos volveremos. Entre más entusiastas seamos, más productivos seremos. Entre más serviciales seamos, más prosperaremos.

Si puedes imaginarlo, lo puedes lograr. Si puedes soñarlo, puedes convertirte en ello.

El errar es de humanos; el tropezar es habitual; el ser capaz de reírse de sí mismo es madurez.

Es sabio dirigir tu ira hacia los problemas, no hacia la gente; para centrar tus energías en las respuestas y no en las excusas.

Un día nublado no puede competir con un temperamento alegre.

El cambio, como el sol, puede ser un amigo o un enemigo, una bendición o una maldición, un amanecer o un atardecer.

Una sonrisa es el idioma universal de la bondad.

Cuando buscamos descubrir lo mejor en otros, de alguna manera, sacamos lo mejor de nosotros mismos.

El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas.