Citas de Walter Savage Landor
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La ambición no tiene más que un premio para todos: ¡un poco de poder, un poco de fama transitoria; una tumba en donde descansar y un nombre que se va deteriorando!

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La llama de la ira, brillante y breve, afila la púa del amor.

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Creemos que sufrimos de ingratitud, cuando en realidad sufrimos de amor propio.

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Incluso el disputante más débil se hace tan presumido por lo que él llama religión, tanto que se cree más sabio que el más sabio que piensa diferente a él.

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El estudio es la pesadilla de la infancia, el aceite de la juventud, la indulgencia de la edad adulta y un restaurador en la vejez.

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Los grandes hombres pierden algo de su grandeza por estar cerca nuestro; los hombres ordinarios ganan mucho.

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La bondad no hace a los hombres más ciertamente felices de lo que la felicidad los hace buenos.

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La ambición no es sino la avaricia en zancos y enmascarada.

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No hay nada en la tierra divina excepto humanidad.

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No me esforcé con ninguno; ya que ninguno fuera digno de mis luchas.

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En una discusión la verdad siempre prevalece finalmente; en la política, la mentira lo hace siempre.

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Una mente ingenua siente inmerecido elogio el reproche más amargo.

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La vanidad de un hombre le dice lo que es honor, la conciencia de un hombre lo que es justicia.

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La verdad, como el jugo de la amapola, en pequeñas cantidades, calma a los hombres; en grande, se calienta y les irrita y en exceso es atendido por consecuencias fatales.

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Muchas leyes hacen sin duda a hombres malos, así como hombres malos hacen muchas leyes.

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