Citas de Samuel Butler
Los sacerdotes no son hombres del mundo; no se pretende que lo sean; y una formación universitaria es la mejor adaptación para evitar que lleguen a serlo.
Él ha pasado mejor su vida de lo mejor, quien más la ha disfrutado. Dios se encargará de que no la disfrutemos más de lo que nos conviene.
Conocer mejor a Dios es sólo darse cuenta de lo imposible que es que siempre debamos saberlo todo. Sé que no es más infantil para negarle o definirlo.
El servicio más importante prestado por la prensa y las revistas es el de educar a las personas para encarar las cuestiones impresas con desconfianza.
Cristo: me desagrada mucho. Aún así, lo puedo aguantar. Lo que no soporto es la miserable banda de personas cuya profesión es engañarnos acerca de él.
Cristo fue crucificado sólo una vez y por algunas horas. Piensa en los cientos de miles a quienes Cristo ha estado crucificando de una forma silenciosa desde entonces.
El Credo de Atanasio es para mí luz y lectura inteligible en comparación con mucho de lo que ahora pasa por ciencia.
Las cartas son como el vino; si están en buen estado maduran con el tiempo. Un hombre debería poner sus cartas como lo hace con una bodega de vino.
Comamos y bebamos sin olvidar a la muerte excesivamente ni recordarla. El Señor tiene misericordia de quien él tendrá misericordia, etc., y cuanto menos pensemos en eso, mejor.
En general las personas se horrorizan igualmente al escuchar a la gente dudar de la religión cristiana que al ver a la gente practicarla.
Ningún error es más común y más fatuo que apelar a la lógica en los casos que están fuera de su jurisdicción.
No aprendas a hacer, aprende haciendo. Deja que tus caídas no sean sobre un terreno preparado, cae de buena fe en el áspero y haz temblar el mundo.
El matrimonio es clara y repetidamente excluido del cielo. ¿Acaso es porque se piensa que probablemente estropea a la felicidad general?
Cuando uno le ha dicho a alguien que le ha dejado un legado, lo único digno de hacer es morir ese instante.
Una virtud, para ser útil, debe, como el oro, alearse con otra aleación más común pero más duradera.