Citas de Salvador Dalí
A los seis años quería ser cocinero. A los siete quería ser Napoleón. Y mi ambición ha seguido creciendo constantemente desde entonces.
La diferencia entre los recuerdos falsos y verdaderos es la mismo que la de las joyas: siempre las falsas parecen más reales, más brillantes.
Para adquirir un respeto creciente y duradero en la sociedad, es bueno, si posees gran talento, para dar, temprano en tu juventud, una patada muy dura a la espinilla derecha de la sociedad que amas. Después de eso, sé un arrogante.
Los errores son casi siempre de carácter sagrado. Nunca trates de corregirlos. Por el contrario: racionalícelos, entiéndalos bien. Después de eso, le será posible sublimarlos.
No pinto un retrato para que se asemeje al sujeto, sino que más bien llega la persona a asemejarse a su retrato.
El surrealismo es destructivo, pero sólo destruye lo que considera grilletes que limitan nuestra visión.