Citas de Robert Kennedy
El progreso es una palabra agradable. Pero el cambio es su motivador. Y el cambio tiene sus enemigos.
Cuando nuestros antepasados — tuyos y mios- llegaron a América, vinieron porque este país les prometió algo. Les prometió una oportunidad, alimentada por una educación, no sólo para apenas ganarse la vida, sino para luchar por una mejor vida.
Nadie necesita decirme sobre la importancia de la prensa libre en una sociedad democrática o sobre el papel esencial de que un periódico puede desempeñar en su comunidad.
Uno de los grandes estadistas creativos de nuestra era fue Franklin Roosevelt. Fue creativo precisamente porque prefería la experimentación a la ideología.
Lo que es objetable, lo peligroso de los extremistas, no es que sean extremos, sino que son intolerantes. El mal no se encuentra en lo que dicen de su causa, sino en lo que dicen de sus oponentes.
Vengo de una familia que siempre le dio importancia y disfrutó los deportes, golf, tenis, fútbol, béisbol y los demás.
Cada sociedad consigue el tipo de criminal que merece. Igualmente es cierto que cada comunidad recibe la clase de cuerpos policiales en la que insiste.
Desarrollamos la clase de los ciudadanos que nos merecemos. Si un gran número de nuestros niños crecen en la frustración y la pobreza, debemos estar listos para pagar el precio.
La respuesta de Estados Unidos para el hombre intolerante es la diversidad, la misma diversidad que nuestra herencia de libertad religiosa ha inspirado.
Algunos hombres ven las cosas como son, y preguntan por qué. Yo sueño cosas que nunca sucedieron y pregunto por qué no.
Los Estados Unidos nació en revolución y fue alimentado por la lucha. A lo largo de nuestra historia, los estadounidenses se hicieron amigos y apoyaron a todos aquellos que buscan independencia y una mejor forma de vida.
Las elecciones nos recuerdan no sólo los derechos sino las responsabilidades de la ciudadanía en una democracia.
Puedo entender la muralla china: fue construida como defensa contra merodeadores. Pero un muro como el de Berlín, construido para evitar que las personas buscaran su libertad, va casi más allá de la comprensión.
El mundo del deporte no sabe de diferencias religiosas, raciales o políticas. Los atletas, de cualquier tierra que vengan, hablan el mismo idioma. Las lecciones de la competencia son lecciones de vida.
La erradicación de los prejuicios raciales y religiosos en Estados Unidos, y en el resto del mundo, es un proceso a largo plazo.
La tragedia es una herramienta para que las personas ganen sabiduría, no una guía por la cual vivir.
Todos nosotros tal vez deseamos a veces que vivamos en un mundo más tranquilo, pero no lo hacemos. Y si nuestros tiempos son difíciles y desconcertantes, también son desafiantes y llenos de oportunidades.
Hay personas en cada tiempo y en cada lugar que quieren detener la historia y su avances. Temen el futuro, desconfían del presente e invocan la seguridad de un cómodo pasado que, en realidad, nunca existió.
Pocos tendrán la grandeza para torcer la historia; pero cada uno de nosotros podemos trabajar para cambiar una porción pequeña de los acontecimientos, y en total; de todos estos actos estará escrita la historia de esta generación.