Citas de Robert Green Ingersoll
La felicidad no es una recompensa, es una consecuencia. El sufrimiento no es un castigo, es un resultado.
Si la materia no puede ser destruída, no puede ser aniquilada, no podría haber sido creada. Lo indestructible debe ser increable.
Me parece que en este día y generación, los hombres más malvados tienen la estimación más baja de la mujer; que cuanto más grandioso es el hombre, más aprecia a las madres, esposas e hijas.
No se pueden cambiar las conclusiones del cerebro mediante tortura ni ostracismo social. Pero te diré lo que sí puedes hacer por este medio y lo que ya has hecho. Puedes crear millones de hipócritas.
La verdadera civilización es aquella donde todo hombre le da al otro todos los derechos que reclama para sí mismo.
Quiero decirte esto: no puedes hacer que el manto de la hipocresía sea tan espeso que el ojo agudo de la niñez no pueda ver a través de cada velo.
El que trabaja por la felicidad de aquellos que ama se eleva a sí mismo, no importa si trabaja en una tienda deprimente o en campos perfumados.
En cada época en la que se han producido libros, la clase gobernante, la respetable, se ha opuesto a las obras de los verdaderos genios.
Cada hombre debe ser el propietario intelectual de sí mismo, honesto consigo mismo e intelectualmente hospitalario; y en cada cerebro, la razón debería ser entronizada como rey.
Cada hecho en el universo coincide con otro hecho en el universo. Una mentira nunca coincidió, nunca coincidirá con cualquier otra cosa más que con otra mentira. ¡Nunca, nunca!
Inteligencia, integridad y coraje son los grandes pilares que soportan el estado. Sobre todo, los ciudadanos de una nación libre deben honrar al hombre valiente e independiente — el hombre de integridad de acero inoxidable, voluntad y fuerza intelectual.
La naturaleza está llena de tendencias y obstáculos. Los extremos le dan origen a las limitaciones, así como un río por su propia rapidez, crea obstáculos para sí mismo.
Si deseas dar crédito a tus padres, logra más de lo que ellos lograron, soluciona problemas que no podrían entender y construye de mejor manera de la que ellos conocían.
¿Qué es lo que nos distingue de los animales inferiores, de las bestias? Má que nada, digo, la simpatía, la simpatía humana.
Quien se casa simplemente por sí mismo cometerá un error; pero quien ama a una mujer tanto que él dice, 'La haré feliz', no cometerá error. Y así con la mujer que dice, 'Lo haré feliz'.