Citas de Robert Green Ingersoll
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¿Qué es lo que nos distingue de los animales inferiores, de las bestias? Má que nada, digo, la simpatía, la simpatía humana.
Mientras la gente persista en votar a favor o contra de los hombres debido a sus opiniones religiosas, durante tal tiempo tendrá lugar y poder la hipocresía.
Una buena forma de hacer que los niños digan la verdad es decirla uno mismo. Mantén tu palabra con tu hijo del mismo modo como lo harías con tu banquero.
Si deseas dar crédito a tus padres, logra más de lo que ellos lograron, soluciona problemas que no podrían entender y construye de mejor manera de la que ellos conocían.
La belleza no es todo lo que hay en la poesía. Debe contener la verdad. No es solo un roble, fuerte y grande, tampoco es solo una vid. Es ambas cosas. Alrededor del roble de la verdad se despliega la vid de la belleza.
Las personas ignorantes pueden sobreestimar el valor de lo que se llama educación. Los hijos de los pobres, habiendo sufrido las privaciones de la pobreza, creen que la riqueza es la madre de la alegría.
La naturaleza está llena de tendencias y obstáculos. Los extremos le dan origen a las limitaciones, así como un río por su propia rapidez, crea obstáculos para sí mismo.
La justicia debe quitar la venda de sus ojos lo suficiente para distinguir entre los viciosos y los desafortunados.
La verdad es que todos los grandes hombres han tenido grandes madres. Las grandes mujeres han tenido, como regla general, grandes padres.
Perjurio es el más bajo y más cruel y más cobarde de los crímenes. ¿Qué se puede hacer? El perjurio puede cambiar el aire común que respiramos en el hacha de un verdugo.
Si un hombre siguiera, hoy en día, las enseñanzas del Antiguo Testamento, sería un criminal. Si siguiera estrictamente las enseñanzas del Nuevo, sería un demente.
Digo que ningún hombre es más grande que aquel que con valentía y heroísmo sacrifica su vida por el bien de los demás. Ningún hombre es más grande que aquel que enfrenta a la muerte cara a cara y, sin embargo, no trata de evitar aquello que cree que es su mayor deber.
Inteligencia, integridad y coraje son los grandes pilares que soportan el estado. Sobre todo, los ciudadanos de una nación libre deben honrar al hombre valiente e independiente — el hombre de integridad de acero inoxidable, voluntad y fuerza intelectual.
Saquemos la teología de la religión. La teología siempre ha enviado lo peor al cielo, lo mejor al infierno.
En la tumba deberían ser enterrados los prejuicios y las pasiones nacidas del conflicto. La caridad deberÍa sostener las balanzas en donde se pesan las acciones de los hombres.
Cuando te vas a casa, llena la casa de alegría para que la luz de la misma corriente fluya hacia fuera de las ventanas y puertas e ilumine hasta la oscuridad. Eso tan fácil como cualquier otra cosa en el mundo.