Citas de Paul McCartney
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Me gusta la idea de que las personas escuchan mis cosas, y si son comercialmente exitosas, eso es una buena señal que las están escuchando.

Verás, mi madre fue una enfermera de distrito hasta que murió cuando yo tenía 14 años, y solíamos mudarnos de vez en cuando debido a su trabajo.

Juntar dos canciones, siempre me ha encantado ese truco cuando sale bien.

Mi escuela anterior en Liverpool es ahora una escuela de interpretación artística, y yo de cierto modo enseño allí, uso la palabra a la ligera, pero voy allí y hablo con los estudiantes.

Creo que las personas que crean y escriben, realmente sí fluye, sólo fluye de entre sus cabezas, entre sus manos, y lo escriben. Es simple.

Alguien como John quisiera poner fin al periodo Beatle y comenzar el periodo de Yoko. No le gustaría que cualquiera de los dos interferíria con el otro.

Sin duda yo admiraba a John. Todos admirabamos a John. Él era mayor y en gran manera era el líder; tenía el ingenio más rápido y el más inteligente.

Una de mis mayores emociones para mí todavía consiste en sentarme con una guitarra o un piano y de la nada tratar de crear una canción.

Pero con los escritores, la melancolía no tiene nada de malo. Es un color importante en la escritura.

Fué Elvis el que realmente me enganchó a la música con ritmo. Cuando escuché 'Heartbreak Hotel' pensé "esto es".

Compra, compra, dice el letrero en la ventana de la tienda; Por qué, por qué, dice la basura en el patio.

Si los niños están estudiando el siglo XX, yo estoy en sus libros de texto.

Ninguno de nosotros quería ser el bajista. En nuestras mentes era el gordo que siempre tocaba en la parte de atrás.

¿Por qué me retiraría? ¿Sentarme en la casa y ver televisión? No, gracias. Prefiero salir a jugar.

Y amé a Fats Waller. Me encantan sus capacidades instrumentales, sus habilidades vocales y su sentido del humor.

Así que, si yo estoy cocinando, estaré cociendo verduras al vapor, haciendo una buena ensalada, ese tipo de cosas.

Puedo fumar marihuana o dejarla. Me arrestaron en Japón por eso. Estuve nueve días sin ella y no hubo ni señas de abstinencia, nada.

Solía pensar que cualquiera haciendo algo raro era raro. De repente me di cuenta que cualquiera haciendo algo raro no era raro en absoluto y era rara la gente diciendo que ellos eran raros.

Siento que si dijera algo sobre John, tendría que sentarme aquí durante cinco días y decirlo todo. O no quiero decir nada.

Los micrófonos son como la gente, si les gritas, se asustan.