Citas de Lord Byron
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El cardenal está al límite de su ingenio — es cierto que no tenía mucho por hacer.

Muchas veces nos sentimos menos infelices siendo engañados por aquellos a quienes amamos, que siendo desengañados por ellos mismos.

Los ocupados no tienen tiempo para lágrimas.

Nada puede confundir a un hombre sabio más que la risa de un burro.

Todos los días se confirma mi opinión sobre la superioridad de una vida viciosa, y si la virtud no es su propia recompensa, no conozco ningún otro estipendio anexado a él.

Es agradable, seguro, ver su nombre en la prensa. Un libro es un libro, aunque no haya nada dentro.

La adversidad es el primer camino a la verdad.

No hay instinto como el del corazón.

Los hombres se aman en la prisa, pero se detestan en el ocio.

El rocío de la compasión es una lágrima.

El inicio de la reparación es la sensación de que es necesaria.

El hombre, como es razonable, debe emborracharse; lo mejor de la vida es la intoxicación.

Hay cuatro preguntas de valor en la vida, Don Octavio. ¿Qué es sagrado? ¿De qué está hecho el espíritu? ¿Para qué vale la pena vivir y para qué morir? La respuesta a cada uno es la misma. Sólo el amor.

Entre dos mundos, la vida se cierne como una estrella, entre noche y mañana, al borde del horizonte.

Por qué vine aquí, no lo sé, y es inútil preguntar adónde iré: en medio de las miríadas de mundos, estrellas o sistemas vivos y muertos, en medio del infinito, ¿por qué debería preocuparme por un simple átomo?

¡La amistad es amor sin sus alas!

Pero las palabras son las cosas, y una pequeña gota de tinta, que cae como rocío en un pensamiento produce lo que hace que miles, quizás millones, piensan.

Los necios son mi tema, que la sátira sea mi canción.

Entonces despierta la sensación del infinito, que se siente tanto en la soledad, donde estamos lo menos solos.

El pobre perro, en la vida el amigo más firme. El primero a dar la bienvenida, pero sobre todo a defender.