Citas de Lord Byron
(página 2)
Cervantes con sonrisa dejó ir la caballería de España; Una sola risa demolió el brazo derecho de su país.
Sí, en efecto el amor es luz del cielo. Una chispa de fuego inmortal compartida con ángeles, ofrecida por Alá para elevar desde la tierra nuestros deseos más bajos.
Por qué vine aquí, no lo sé, y es inútil preguntar adónde iré: en medio de las miríadas de mundos, estrellas o sistemas vivos y muertos, en medio del infinito, ¿por qué debería preocuparme por un simple átomo?
Los que no quieren razonar son intolerantes, esos que no pueden, son tontos y los que no se atreven son esclavos.
El pobre perro, en la vida el amigo más firme. El primero a dar la bienvenida, pero sobre todo a defender.
Entonces despierta la sensación del infinito, que se siente tanto en la soledad, donde estamos lo menos solos.
Las esposas en las ausencias de sus maridos se vuelven más sutiles, y las hijas a veces salen corriendo con el mayordomo.
El que es sólo justo es cruel. ¿Quien podría vivir en la tierra si todos fuéramos juzgados justamente?
No tengo coherencia, excepto en la política; y eso probablemente surge de mi indiferencia hacia el tema en su totalidad.
Que ninguno piense en volar al ver el peligro ya que tarde o temprano el amor es su propio vengador.