Los viejos amigos son los mejores.
El mundo no puede ser gobernado sin malabares.
El placer no es nada más que el intervalo del dolor.
La filosofía no es más que discreción.
Las personas sabias no dicen nada en tiempos peligrosos.
No es culpa de la bebida, sino del exceso.
Aquellos que rigen más hacen el menor ruido.