Citas de John Milton

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La mente es su propio lugar y en sí mismo, puede hacer un cielo del infierno, un infierno del cielo.

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Es mejor reinar en el infierno que servir en el cielo.

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La gratitud concede reverencia, permitiéndonos encontrar las epifanías cotidianas, esos momentos trascendentes del asombro que cambian para siempre cómo experimentamos la vida y el mundo.

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Quien mata a un hombre mata a una criatura razonable, imagen de Dios, pero tú, que destruyes un buen libro, matas a la razón misma.

3

Nadie que sepa algo puede ser tan estúpido para negar que todos los hombres, naturalmente, han nacido libres.

3

¿Que puede la guerra engendrar, excepto la guerra interminable?

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La muerte es la llave dorada que abre el palacio de la eternidad.

2

La Virtud podía ver de hacer lo que la Virtud haría por su propia luz radiante, aunque el sol y la luna estuviesen hundidos en el mar rasante.

2

El hombre superior se familiariza con muchos refranes de la antigüedad y muchos hechos pasados, con el fin de fortalecer su carácter de tal modo.

2

La belleza es el presumir de la naturaleza, y debe lucirse en cortes, fiestas y grandes solemnidades, donde la mayoría se asombrará de la calidad del trabajo.

2

Dame la libertad para conocer, pronunciar y discutir libremente según conciencia, sobre todo las libertades.

2

Cierto es que la avaricia es rica, la modestia muere de hambre.

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Ser ciego no es miserable; no ser capaz de soportar la ceguera, eso es miserable.

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Ninguno puede amar la libertad sinceramente, excepto los hombres de bien; el resto no aman la libertad, sino la licencia.

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No hay que dejar que Inglaterra olvide su precedente de enseñarle a las naciones cómo han de vivir.

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Las estrellas, que la naturaleza colgó en el cielo y llenó sus lámparas con aceite eterno, prestan la debida luz al viajero solitario y engañado.

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Nada beneficia más que el autoestima, fundado sobre lo que es justo y correcto.

1

También les sirven a quienes sólo se paran y esperan.

1

El que estudia la venganza guarda sus propias heridas, que de otra manera sanarían.

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La verdad nunca viene al mundo de no ser como una bastarda, a la ignominia de aquel que la dio a luz.

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