No hay nada que ame más que mi rol de mamá.
La música es mi hogar.
Dormí con mi mamá hasta los 16 años.
Me encanta alimentar y cuidar porque me encanta ver a otras personas felices.
Los sueños se hacen realidad. Si alguien es prueba de eso, soy yo.
Tengo un amor serio por la ropa, como ningún otro.
Una cosa es perder peso, pero otra cosa es comer sano.
No creo en el vudú.
Me enorgullece representar a la mujer promedio.
Me gusta la carne en los huesos.
No suelo tener la oportunidad de estar en casa.
Me encanta el chocolate. Lo como todos los días.
Cocino todas mis comidas en casa.
La familia hace que una casa sea un hogar.
Todo lo que veo, ahora lo veo a través de los ojos de una madre.
Siempre sentí una pasión por apropiarme de las cosas.
Los valores tradicionales son grandes en mi vida.
La iglesia me ha dado equilibrio.
Acepto cualquier desafío.
¡Estoy más orgulloso de mi pérdida de peso que de mi Oscar!