Citas de James Allen
Un hombre tarde o temprano descubre que él es el jardinero maestro de su alma, el director de su vida.
Un hombre tiene que aprender que él no puede dar órdenes a las cosas, pero que él puede darse órdenes a sí mismo; que no puede cohesionar las voluntades de los demás, pero que puede moldear y dominar su propia voluntad: y que las cosas sirven a aquel que sirva a la verdad; las personas buscan orientación de aquel que es maestro de sí mismo.
Trabaja con alegría y en paz, sabiendo que los pensamientos correctos y los esfuerzos correctos inevitablemente producirán los resultados correctos.
La ley de la cosecha es cosechar más de lo que siembres. Siembra un acto, y cosecharas un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino.
Mientras más tranquila se vuelve una persona, mayor es su éxito, su influencia, su poder para el bien. La tranquilidad de la mente es una de las hermosas joyas de la sabiduría.
Empezar a pensar con propósito es entrar en las filas de aquellos fuertes que solo reconocen el fracaso como uno de los caminos hacia el logro.
Un hombre, con razón, no está condicionado propiamente hasta que sea feliz, sano y próspero; y la felicidad, salud y prosperidad son el resultado de un ajuste armonioso del interior con el exterior del hombre con su entorno.
Ya sea que seas hombre o mujer nunca vas a hacer nada en este mundo sin coraje. Es el mayor atributo de la mente después del honor.
Para el éxito verdadero hágase estas cuatro preguntas: ¿Por qué? ¿Por qué no? ¿Por qué no yo? ¿Por qué ahora no?
Cuando la energía mental tiene permitido seguir la línea de menor resistencia y caer en los canales fáciles, se llama debilidad.
Sueña sueños nobles, y según sueñes, así te harás. Tu visión es la promesa de lo que un día serás; tu ideal es la profecía de lo que por fin revelarás.