Citas de Jack London

La vida es tan corta. Prefiero cantar una canción que interpretar mil.

Uno no puede esperar por la inspiración. Uno tiene que ir tras de ella con una porra.

Uno no puede violar las indicaciones de la naturaleza sin que la naturaleza sienta repugnancia de sí misma.

Afluencia significa influencia.

San Francisco no está. No queda nada excepto sus recuerdos.

La sarna es un traidor a su Dios, su madre y su clase.

Si el dinero viene con la fama, viene la fama; si el dinero viene sin fama, viene el dinero.

No escribo para ningún otro propósito que no sea añadir a la belleza que ahora me pertenece. Escribo un libro por ningúna otra razón que añadir tres o cuatrocientos acres a mi magnífica finca.

¿Sabes que el único valor que tiene la vida es el que la vida pone a sí misma?

El funcionamiento correcto del hombre es vivir, no existir. No voy a perder mis días tratando de prolongarlos. Voy a utilizar el tiempo mío.

Prefiero ser un meteoro espléndido, con cada átomo de mi ser en magnífico resplandor, que un somnoliento y permanente planeta.

¡Preferiría ser cenizas que polvo! Prefiero ser un soberbio meteoro, cada átomo de mi en magnífico resplandor, que un soñoliento y permanente planeta.

Un hueso al perro no es caridad. La caridad es el hueso compartido con el perro cuando estás tan hambriento como el perro.

¡Maldita sea la rueda del mundo! ¿Por qué debe girar continuamente? ¿Dónde está la marcha atrás?

La vida no es una cuestión de tener buenas cartas, sino a veces, jugar bien una mala mano.