Citas de Ignacio de Loyola
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Enfermedades espirituales como la tibieza son causadas, no sólo por escalofríos, sino también por fiebres, es decir, por un fervor excesivo.
Dios nuestro Señor haría que viéramos a nuestro Dador y lo amáramos más que a su dádiva, manteniéndolo siempre ante nuestros ojos, en nuestros corazones, y en nuestros pensamientos.
Entre más completamente centremos nuestra atención en nuestro Creador y Señor, menos posibilidades hay de ser distraídos por las criaturas.
El bienestar de la cabeza resuena a lo largo de todo el cuerpo, y como sean los superiores, por lo tanto, serán sus súbditos.
Estimamos, honoramos y amamos a los apóstoles más que a los otros Santos, porque sirvieron a Dios más fielmente y porque ellos lo amaban más perfectamente.
Siempre debemos estar dispuestos a creer que lo que parece blanco es en realidad negro, si la jerarquía de la iglesia así lo decide.
Poco a poco llegó a reconocer la diferencia entre los espíritus que lo agitaban, uno del enemigo y uno de Dios.
Haber prevenido un sólo pecado es suficiente recompensa de las labores y esfuerzos de toda una vida.