Citas de Henry Miller
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La locura es tónica y estimulante. Hace al cuerdo más cuerdo. Los únicos incapaces de beneficiarse de ella son los locos.
¿Y qué es el hombre potencial, después de todo? ¿No es la suma de todo lo humano? En otras palabras, divino?
¿Qué importa la manera en que uno llegue a la verdad siempre que uno la haga suya y viva según ella?.
El hombre que busca la seguridad, incluso en la mente, es como un hombre que cortaría sus extremidades para tener unas artificiales, las cuales no le dolerán o darán problemas.
El verdadero enemigo siempre puede ser encontrado y conquistado, o convencido. El antagonismo real se basa en el amor, un amor el cual no se ha reconocido a sí mismo.
Los Teutónicos han estado cantando la canción del cisne desde que entraron a las filas de la historia. Siempre han confundido la verdad con la muerte.
Ejemplo mueve el mundo más de doctrina. Los ejemplares grandes son los poetas de la acción, y hace poca diferencia ya sean fuerzas para bien o para mal de las fuerzas.
En el intento de derrotar a la muerte el hombre ha sido inevitablemente obligado a derrotar a la vida, porque los dos están indisolublemente relacionados. La vida se mueve a la muerte, y negar uno es negar el otro.
Los Angeles le da a uno la sensación de un futuro más fuerte que cualquier otra ciudad que conozca. Un mal futuro, también, como algo salido de la débil imaginación de Lang Fritz.
¿Por qué estamos tan llenos de restricciones? ¿Por qué no cedemos en todas las direcciones? ¿Es miedo a perdernos a nosotros mismos? Hasta que no nos perdamos a nosotros mismos no hay ninguna esperanza de encontrarnos a nosotros mismos.
La tragedia de eso es que nadie ve la mirada de desesperación en mi rostro. Miles y miles de nosotros, y estamos pasando unos a otros sin una mirada de reconocimiento.
El análisis no trae poderes curativos en su tren; solo nos hace conscientes de la existencia de un mal, que, aunque parezca mentira, es la consciencia.
Cuando sabes de lo que los hombres son capaces, no te maravillas ni de su sublimidad ni de su bajeza. No hay límites en cualquier dirección, al parecer.
Si estoy en contra de la condición del mundo, no es porque sea un moralista, sino porque me quiero reír más.
Aunque siempre estamos llegando y saliendo, también es cierto que estamos anclados eternamente. El destino de uno no es un lugar sino más bien una nueva manera de ver las cosas.
El objetivo de la vida es vivir y vivir significa estar al corriente, gozoso, borracho, sereno y divinamente consciente.