Citas de Henry Fielding
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Algunas personas riñen fuertemente contra otros porque los otros tienen lo que a algunos les complacería.

Un hombre rico sin caridad es un canalla; y quizás no sería un asunto difícil el probar que también es un tonto.

No hay en el universo nada más ridículo, ni un animal más despreciable, que un clérigo orgulloso.

Elogia al loco por su ingenio, o al pícaro por su honestidad, y este te tendrá en gracia.

Apenas una persona de cada mil es capaz de saborear la felicidad de los demás.

Sin la adversidad una persona apenas sabe si es honesta o no.

Donde termina la ley comienza la tiranía.

El amor y el escándalo son los mejores endulzantes para el té.

Cuando las viudas exclaman fuertemente en contra de segundos matrimonios, siempre pondría una apuesta que el hombre, si no el día de la boda, es absolutamente inalterable.

Un gusto verdaderamente elegante se acompaña generalmente con excelencia de corazón.

Conciencia — lo único incorruptible en nosotros.

El vino es un traidor; primero un amigo y luego un enemigo.

La prudencia de las mejores cabezas a menudo es derrotada por la ternura de los mejores corazones.

Estamos tan expuestos a ser corrompidos por los libros, como por las compañías.

Hay una insolencia, la cual nadie, excepto aquellos quienes merecen desprecio ellos mismos, la pueden otorgar, y sólo aquellos quienes no merecen desprecio la pueden soportar.

Cuando los niños no están haciendo nada, están haciendo travesuras.

Haz del dinero tu dios y te fastidiará como el diablo.

Toda la naturaleza viste una sonrisa universal.

Bailar engendra calor, que es el padre del desenfreno.

La culpa tiene orejas muy rápidas para una acusación.