Citas de Helen Rowland
(página 3)
Cuando dos personas deciden divorciarse, no es una señal de que 'no se entienden' uno al otro, sino una señal de que al fin comenzaron a hacerlo.
Después de algunos años de matrimonio, un hombre puede mirar directamente a una mujer sin verla y una mujer puede ver a través de un hombre sin mirarlo.
El amor, como una ensalada de pollo o guiso de restaurante, debe tomarse con fé ciega o pierde su sabor.
El hombre es como un gato: persíguelo y se irá corriendo, pero si te quedas quieto y lo ignoras vendrá ronroneando a tus pies.
Decir mentiras es un defecto para un niño, un arte para un amante, un logro para un soltero y una segunda naturaleza para un hombre casado.
Un hombre arrebata el primer beso, aboga por el segundo, pide el tercero, toma el cuarto, acepta el quinto — y aguanta resto.
No pierdas tiempo tratando de romper el corazón de un hombre; está satisfechos si sólo puedes lograr desconcharlo en un nuevo lugar.
El matrimonio es como hacer girar un bastón, hacer piruetas o comer con palillos. Parece fácil hasta que lo intentas.
Una licenciado en artes es aquel que le hace el amor a muchas mujeres y sin embargo, tiene el arte de evitar la licencia matrimonial.
Un soltero nunca en realidad no le cabe la idea en la cabeza de que el es una belleza y un niño para siempre.