Citas de Heber J. Grant
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Cuando comencé a aprender a cantar... Desafinaba en casi todas las estrofas y no me daba cuenta. Ahora he aprendido a reconocer cuando desafino.

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Yo he, todos los días de mi vida, disfrutado mucho cantar.

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Cuando primero comencé a aprender a cantar, tardé entre tres y cuatro meses en aprenderme dos himnos sencillos.

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Deja que cada hombre sienta que es el arquitecto y constructor de su propia vida, y que el proponga hacer de ella un éxito por medio del trabajo.

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Jesús no solo vino como un don universal, sino como una ofrenda individual con un mensaje personal para cada uno de nosotros.

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Los sueños despiertos sin trabajo no equivalen a nada; es el trabajo real el que cuenta.

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He sentido la inspiración del Dios viviente dirigiéndome en mis trabajos.

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Deje que cada Santo de los últimos días le dé un valor a todo lo que obtiene, ya sea el trabajo o cualquier cosa que haga.

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He extendido mi mano, he arrancado los frutos del Evangelio, he comido de ellos, y son dulces, sí, por encima de todo lo que es dulce.

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No existe tal cosa como estar parado.

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No tengo ninguna animosidad en contra de ningún alma viviente.

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No valoro nada en comparación con tener el espíritu de Dios que me guíe.

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