Citas de George Jean Nathan

Ningun hombre puede pensar con claridad cuando tiene sus puños apretados.

Los malos funcionarios son los elegidos por los buenos ciudadanos que no votan.

Un hombre admira a una mujer no por lo que dice, sino por lo que escucha.

Lo que se hace pasar por la intuición de una mujer a menudo no es más que la transparencia del hombre.

La prueba de un verdadero comediante es que te rías de él antes de que abra la boca.

La crítica es el arte de apreciarle a otros el valor de una persona

Una vida dedicada al trabajo constante es una vida desperdiciada, salvo que un hombre sea lo suficientemente necio como para considerar un obsequioso obituario una recompensa abundante.

La política es la distracción de hombres triviales quiénes, cuando logran triunfar en ella, llegan a ser importantes ante los ojos de más hombres triviales.

El amor es la emoción que una mujer siente siempre por un perro caniche y a veces por un hombre.

También se dice de mí que, de vez en cuando, me contradigo a mí mismo. Sí, mejoro maravillosamente conforme pasa el tiempo.

La credibilidad de la ruta del sonido es a través del espeso bosque del escepticismo.

El amor es una emoción experimentada por muchos y disfrutada por unos pocos.

El gran arte es tan irracional como la gran música. Está enloquecida por su propia belleza.

Así que mientras quede una chica linda en el escenario, los enterradores profesionales pueden posponer su entierro del teatro.

Las mujeres, a medida que envejecen, dependen cada vez más de los cosméticos. Los hombres, a medida que envejecen, dependen cada vez más del sentido del humor.

Optimista es aquel que cree que una mosca está buscando la manera de escapar.

Es solo el cinismo que nace del éxito que es penetrante y válido.

Un hombre reserva su amor más profundo y verdadero no para la clase de mujer cuya compañía despierta en él una sensación electrificante, sino para aquélla en cuya compañía puede sentirse tiernamente embriagado.

Hablar de moral en el arte es hablar de legislatura en el sexo. El arte es el sexo de la imaginación.

El patriotismo es a menudo una veneración arbitraria de los bienes raíces sobre los principios