Citas de Edmund Burke
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Las leyes, como las casas, se apoyan la una con la otra.

El efecto de la libertad para los individuos es que pueden hacer lo que les complazca: debemos ver qué es lo que les complacerá hacer, antes de correr el riesgo de felicitarlos.

La belleza es la promesa de la felicidad.

Cuando los líderes deciden hacerse postores en una subasta de popularidad, sus talentos, en la construcción del estado, no estarán a ningún servicio. Se convertirán en aduladores en vez de legisladores; los instrumentos, no los guías, de la gente.

La pasión por la fama: una pasión que es un instinto de todas las almas grandes.

Nada es tan fatal para la religión como la indiferencia.

La religión es esencialmente el arte y la teoría de la reconstrucción del hombre. El hombre no es una creación terminada.

Lo único que se precisa para que el mal triunfe, es que los hombres buenos no hagan nada contra él.

Nadie cometió un mayor error que el que no hizo nada porque podía hacer sólo un poco.

No hay nada que resulte en ser tan opresivo e injusto como un gobierno débil.

Todas las leyes humanas son, propiamente hablando, sólo declarativas; no tienen poder sobre la sustancia de la justicia original.

No hay pasión que robe tan eficazmente la mente de todos sus poderes para actuar y razonar como el miedo.

Nunca se puede programar el futuro a base del pasado.

La tiranía de una multitud es una tiranía multiplicada.

Un estado sin los medios de algún cambio carece de los recursos para conservarse.

La ambición puede arrastrarse así como puede elevarse.

Entre un pueblo que es generalmente corrupto, la libertad no puede existir por mucho tiempo.

La gente nunca abandona sus libertades a menos que sea bajo algún engaño.

La esclavitud es una maleza que crece en cada tierra.

La emoción primera y más simple que descubrimos en la mente humana, es la curiosidad.