Citas de Debbie Ford
Lo que sé muy bien es que todos somos creados con esta fuerza fenomenal dentro de nosotros que nos puede hacer aguantar — que Dios nunca nos da más de lo que podemos tolerar.
Es fácil amarse a sí mismo cuando te sientes bien, cuando te sientes especial, cuando eres amado lo suficiente, cuando tienes suficiente dinero, y eres apreciado.
Al invocar al agente de cambio llamadp aceptación, debes aceptar todo lo que eres, todo lo que has sido, y todo lo que serás en el futuro.
A veces no podemos ver nuestro propio ser, nuestros propios defectos, pero es tan fácil verlos en los otros.
El cambio real ocurre cuando te sientes realmente inspirado, entusiasmado por la posibilidad y no dispuesto a conformarte con nada menos.
Cuando dominas el arte de estar plenamente consiente de este momento, le das un regalo precioso a tu alma, la experiencia del amor. Estar presente es el arte del alma.
Al decir adiós a las decepciones persistentes y al dolor desatendido, descubrirás que cada persona, cada situación y cada doloroso incidente viene ofreciendo regalos.
Creo que cualquier momento de gran dolor es un momento de transformación, un momento fértil para sembrar nuevas semillas.
Conseguir metas personales aumenta tu inmunidad emocional y espiritual, dándote la fuerza que necesitas para liberar el pasado y elevarte por encima del miedo, la duda o la resignación.
Tu alma es infinitamente creativa. Está viva y es expansiva en naturaleza. Es curiosa y juguetona, cambia con las mareas del tiempo.
Cuando te tomas el tiempo para limpiar tu cuerpo del estrés acumulado y la toxicidad, eres recompensado con mayor vitalidad y una salud óptima.
La conciencia de ti mismo es la capacidad de ver de manera honesta a tu vida sin ningún apego a que esté correcta o incorrecta, buena o mala.
Sería imposible estimar cuánto tiempo y energía invertimos en tratar de corregir, cambiar y negar nuestras emociones, especialmente aquellas que retiemblan en nuestro corazón, como dolor, celos, soledad, vergüenza, rabia y dolor.
Para vivir en la luz de un nuevo día y un inimaginable e impredecible futuro, debes volverte totalmente presente a una verdad más profunda — no una verdad de tu cabeza, sino una verdad de tu corazón; no una verdad de tu ego, sino una verdad de la fuente más alta.
Si deseas volar a nuevas alturas, comienza fijando tu mirada en un destino que puedas alcanzar y luego crea un plan de vuelo, un mapa, que será tu guía.