Tesoro citas y frases
(página 2)
Como se descubren los tesoros en la tierra, así nace la virtud de las buenas obras y la sabiduría de una mente pura y pacífica. Para caminar de manera segura por el laberinto de la vida humana, uno necesita la luz de la sabiduría y la guía de la virtud.
Amarse a uno mismo no es difícil, cuando comprendes quién y qué es "uno mismo". No tiene nada que ver con la forma de tu cara, el tamaño de tus ojos, la longitud de tu cabello ni la calidad de tu ropa. Está mucho más allá de esas cosas y es lo que le da vida a todo lo que se encuentra a tu alrededor. Tu propio ser es un gran tesoro.
Después de la palabra de Dios, el noble arte de la música es el más grande tesoro del mundo.
A menos que pongamos nuestra religión y nuestro tesoro en la misma cosa, la religión siempre será sacrificada.
Haz tu refrigerador o congelador como un cofre del tesoro.
Mi anonimato es algo que atesoro.
La Iglesia siempre ha estado dispuesta a intercambiar tesoros en el cielo por dinero en la tierra.
Los niños de nuestro país son nuestro mayor activo y nuestro tesoro más preciado.
La salud es la posesión más grandiosa. La felicidad es el tesoro más grande. La confianza es el más grande amigo. No ser es la mayor alegría.
La búsqueda es la mitad de la diversión: la vida es mucho más manejable cuando se la piensa como si fuera una búsqueda del tesoro en lugar de una fiesta sorpresa.
Si quieres ser perfecto, vete, vende tus posesiones y da lo que puedas a los pobres, y tendrás tu tesoro en el paraíso.
El hogar debe ser el cofre del tesoro de la vida.
El Valle del Oso es el tesoro escondido de la Sierra.
Nuestra presencia en Afganistán no vale el precio de más vidas estadounidenses o tesoros.
Personas que siempre están cuidando de su salud son como avaros, que están acumulando un tesoro que nunca tienen suficiente espíritu para disfrutar.
El respeto es uno de los grandes tesoros de la vida. Es decir, a qué suma todo si no lo tienes?
Dios, como verdad, ha sido, para mí, un tesoro que no tiene precio. Que así sea para cada uno de nosotros.
Aunque los sabios derramen tesoros de su sabiduría, no existe un moralista más severo que el placer.
Guarda bien dentro de ti ese tesoro, de la bondad. Sabe cómo dar sin dudarlo, cómo perder sin pesar, cómo adquirir sin ser mezquino.
Aunque tomemos de un avaro todo su tesoro, él tiene todavía una joya que le queda; no puedes despojarlo de su codicia.