Escuchar citas y frases
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Las mujeres no quieren escuchar lo que piensas. Las mujeres quieren oír lo que piensan — en una voz más profunda.
No quiero escuchar los especiales. Si son tan especiales, ponlos en el menú.
Cuando estaba creciendo, mis padres siempre me decían que tenía que hacer lo que yo pensaba que era correcto y no escuchar a otras personas. Fue difícil para mí.
Algunas personas me han dicho, luego de escuchar tu opinión, sus mentes se vuelven mucho más felices.
Algunos científicos creen que el cambio climático es la causa de la fusión sin precedentes del Polo Norte y este afecta los patrones climáticos muy incierto. Creo que debemos escuchar a los científicos y expertos.
Puedes escucharme empezando a tartamudear y arrastrar mis palabras.
Dormir es una manera excelente de escuchar una ópera.
Tiendo a escuchar música country más que música cubana.
Ya sabes, la gente quiere realmente escuchar acerca de los problemas.
Los fanáticos son pintorescos, la humanidad prefiere ver gestos antes que escuchar razones.
No hago comentarios; Tampoco puedo escucharlos.
Creo que definitivamente debes escuchar lo que dice la gente, porque todo el mundo lo dice: la escuela secundaria no es el mundo real.
Realmente nunca aprendes mucho de escucharte a ti mismo.
Reconozco siendo el tipo que perdió la elección, no estoy en una posición decirle a todo el mundo cómo ganar, ¿de acuerdo? No van a escuchar, y de todas maneras, no tengo la credibilidad para hacer eso.
A veces, las personas pueden ser extraordinariamente críticas y de mente cerrada a alguien diferente o especial, porque es tan difícil para la gente joven en este día y edad ser lo suficientemente cómodo consigo mismos para no escuchar a la gente que habla de ellos.
Yo había valorado más escuchar los problemas de las mujeres, de los médicos y de muchas otras personas.
Me encanta escuchar la radio pop.
¿Por amor de Dios, van a escuchar, oirán los blancos lo que estamos tratando de decir? Por favor, todo lo que estamos pidiendo hacer es reconocer que somos seres humanos, también.
Me escalofría la sangre para escuchar la bendición que a la que apelaba el Supremo Rudely en torno a cada tema insignificante.
Cuando estás en lo alto y lideras la marcha, todo el mundo está allí arrojándote flores y agua de rosas. Pero cuando ya han pasado años y en tu corazón hay una tormenta, son muy pocas las personas que se sentarán a tu lado para escuchar tus lamentos sobre la vida.