Citas de Ruth Rendell
(página 5)
No hables mal de la televisión, aunque no siempre te guste lo que hacen de tu trabajo. Hace toda la diferencia entre ser un escritor de montón y ser muy famoso.
En cuanto veo que se trata de cosas tecnológicas o de espías, pierdo interés. Quiero saber lo que pasa en la mente de las personas.
Mis padres tuvieron derrames cerebrales. Mi padre tuvo varios, pero el último fue fatal. Es un bicho horriblemente inhabilitador, un derrame cerebral.
Todos quieren su fama. La desean y creo que no les importa mucho cómo la consiguen, para atraer atención a sí mismos.
No siento que quisiera pasar mi vida entera como escritor — la cual es mi vida — escribiendo historias detestivescas.
Yo no volvería a ser joven otra vez incluso si fuera posible, pero no voy a pretender fingir que envejecer es todo luz y dulzura.
Me cansa mucho la violencia en las historias de detectives. Tal vez así sea la vida, pero no quiero hacerlo en mis libros.
No tomo notas, pero sí sé dónde encontrar las cosas. Supongamos que necesito saber donde Wexford habló primeramente de su amor por el campo o donde él cita Larkin o lo que fue el comienzo de su odio del racismo o donde encontró por primera vez la violencia doméstica; podría descubrirlo enseguida.
Solía recibir un montón tremendo de cartas, y casi todas han desaparecido. Solía responder a casi todas.
A menudo pienso cómo sería no tener mucho dinero. No creo que sea bueno para la gente nacer rodeada de dinero y no saber lo que es nunca tenerlo.
Tengo curiosidad sobre la gente. Quiero saber sus secretos... porque soy la última persona a la cual le diría un secreto. Las personas me dicen sus secretos.