Me encanta imaginarme la cabeza de una mujer por dentro.
Comer, beber y volverse a casar es mi lema.
No quedan muchos escritores tímidos.
No quiero que mi vida se desmorone por mi trabajo.
La mía no es una imaginación autónoma.
Soy un romántico; tienes que casarte cuatro veces.
Son los cínicos quienes nunca se casan.