Citas de Francisco de Sales

Nunca tengas prisa; haz todo tranquilo y de humor calmado. No pierdas tu paz interior por ningún motivo, incluso si tu mundo entero parece molestarse.

Nada es tan fuerte como la gentileza, nada es tan apacible como la fuerza real.

No desees ser ninguna cosa, sino lo que eres, e intentar ser eso de manera perfecta.

Cuando te enfrentes a dificultades y contradicciones, no trates de romperlas, sino dóblalas con gentileza y tiempo.

Media hora de meditación cada día es esencial, excepto cuando se está ocupado. Entonces se necesita una hora completa.

Al volver los ojos a Dios en la meditación, se llenará tu alma con Dios. Comenza todas tus oraciones en presencia de Dios.

Una pelea entre amigos, cuando se soluciona, agrega un nuevo lazo a la amistad.

La abeja recoge la miel de las flores causándoles un daño o destrucción mínimos, y las deja enteras, incólumes y frescas, tal como las encontró.

Trata de ser quien eres, y de serlo bien.

Los que aman ser temidos tienen miedo de ser amados.

Vivir según el espíritu es amar siguiendo al espíritu.

A través de la devoción, tus preocupaciones familiares se convierten en más pacíficas, amor mutuo entre marido y mujer se vuelve más sincero, el servicio que le debemos al príncipe más fiel, y nuestro trabajo, no importa lo que sea, se vuelve más agradable y amable.

No pierdas el valor al enfrentarte a tus propias imperfecciones.

Un buen discurso es aquél del que nada puede ser resumido, sin caer en lo precipitado.

Han venido muchos a mí a los que puedo servir, sin que me quede tiempo para pensar en mí mismo. Sin embargo, te aseguro que siento una profundidad dentro de mí, alabado sea Dios.

Nunca hubo un hombre enojado que piense que su enojo injusto.

El verdadero progreso tranquilo y persistente se mueve sin previo aviso.

Ten paciencia con todas las cosas, pero, primero que todo contigo mismo.

Retirarte varias veces en la soledad de tu corazón, incluso mientras exteriormente Estes en discusiones o transacciones con otros y habla con Dios.

La reputación raramente se proporciona a la virtud.